Con los años aprendimos que la lluvia 🌧️ no siempre llega sola. Como buen barco en tormenta 🚢, en el lab tomamos precauciones: cada equipo con su UPS ⚡️, canales de agua despejados 💧 y, llegado el momento, apagar los equipos críticos. Porque sí, cada apagón con lluvia es una locura…

Ese día amaneció con aviso de temporal. Las UPS resistieron como soldados 🛡️, hasta que el viento tumbó un transformador 🌪️ y… ¡zas! blackout total. Las UPS cayeron en combate, sin alimento suficiente. Tuvimos que correr apagando equipos mientras agonizaban las UPS y entre la agitación, escuchamos a alguien murmurar en voz alta y rostro de asombro 😨:

—¿Vieron eso? los switches se están moviendo solos!👻.

Al día siguiente parecía sencillo: encender y seguir… jajaja, ingenuos 🤡.

El FID no quiso prender, el plasma 🔴 se fue de vacaciones, el TOC amaneció ciego, el GCMS veía espectros fantasma 👽, el purificador se clavó en 16 MΩ y un PC simplemente dijo: “yo paso, estoy en huelga”. ¡Motín general en el laboratorio! 😱

Al revisar con calma, la verdad fue menos paranormal: válvulas cerradas “por precaución” en lugares remotos, un cilindro que se agotó justo en el apagón, un filtro de gas vencido, el purificador de agua caprichoso dando vueltas en recirculación y un PC que lo único que pedía era cariño de IT 💻❤️.

Uno a uno los fuimos resucitando, y al final, el barco-laboratorio volvió a navegar 🚢 y así... no dejamos de sorprendernos como el laboratorio tiene vida propia!

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